Una aventura en
movimiento
Francisco Pisani
Cartel: Diferencias entre Escuela e
institución
Cartelizantes:
Francisco Aliste
Andrés Bralic
Carlos García
Ana María Solís (Más uno)
Algunas preguntas centrales
La literatura ha sido para mí una de las
entradas al psicoanálisis, ayudándome a pensar distintos problemas clínicos y
teóricos, y en esta ocasión se trata de situar un momento político: el
movimiento hacia la Escuela. El cartel fulgurante en el que me hice parte tenía
como centro la pregunta por las diferencias entre Escuela e institución. Me
gustaría enunciar cuáles fueron algunas de las preguntas que circularon en el
cartel:
¿Cómo
hacer con los efectos que toda institución tiene en la Escuela?.
¿es
posible el concepto de comunidad analítica?
¿Cómo
estar atentos a los efectos de identificación y de grupo con su reverso de
segregación?
¿Qué
causa a cada uno a estar en el
movimiento hacia la Escuela?
¿Qué
puede aportar cada cual al movimiento hacia la Escuela?
Movimiento hacia la Escuela
Con
estas preguntas como orientaciones, me encontré con una conferencia de Borges
sobre james Joyce, en la que presenta el gesto inédito de Joyce en la tradición
literaria, cuya obra la denominará como una aventura. Borges da cuenta de cómo
Joyce hizo un giro en la literatura para todo el siglo XX, llegando a ser el
símbolo de la literatura moderna, incluso llega a decir que si hubiera que
rescatar solo una obra literaria de la modernidad sería la de Joyce.
En
esta conferencia nos enseña varias cosas que son muy interesantes y
orientadoras para el psicoanálisis – no está demás decir que Lacan decía que
“Borges está en el phyllum de nuestro discurso”- dice Borges que “las metáforas
más felices no son las que declaran las cosas, sino las que aluden”, sabemos
que un tipo de interpretación para Lacan es por alusión. Esta afirmación
borgeana-lacaniana me hizo pensar en el movimiento hacia la Escuela, en el uso
de la interpretación por alusióncomo el dedo de San Juan. Continua Borges en su
conferencia y cita un poema de G. Apollineare para aludir la potencia de lo que
hizo Joyce, de lo increíblemente nuevo de su obra. El poema dice
“Entre nosotros y para
nosotros amigos míos
Juzgo esta larga querella
entre la tradición y la invención
Entre el Orden y la
Aventura.”
Borges
me hizo pensar en cómo los significantes “orden” y “tradición” por una parte y
por otra los de “invención” y “aventura”, iluminan el problema entre Escuela e
institución, en el sentido de que el orden y la tradición hacen parte de toda
institución, en cuanto la institución tiene como función instituir ciega y
sordamente su estructura para todos iguales. Para Borges la obra de Joyce,
principalmente Ulises y FinnegansWake, estarían del lado de la invención y la
aventura, debido lo increíblemente inédito de su trabajo con la lengua y la
escritura. La aventura de Joyce en la literatura será un precursor para el giro
que Lacan hará en el psicoanálisis.
La
Escuela de Lacan, tal como nos muestra Borges en su lectura del poema de
Apollineare, está en resonancia con el gesto de Joyce, esto es, así como Joyce
subvierte el orden y la tradición de la literatura, sin dejar de estar inscrita
en ella, la Escuela de Lacan estaría a su vez del lado de la aventura y la
invención en el psicoanálisis.
Una
aventura es una empresa cuyo resultadoes incierto y que presenta riesgos, y el
movimiento hacia la Escuela es una aventura inédita en Chile y que no tiene
garantías, sólo causa, y esta causa no
está adelante, sino que atrás, es el
resultado de una historia. Una historia que se crea y se escribe día a día en
un futuro anterior.
La
aventura, como nos dice Apollineare, está del lado de la invención y de lo
incierto, es una empresa que no tiene garantía pero si tiene una orientación.
Del Uno al Otro
Retomo
dos preguntas que orientaron las discusiones en el cartel sobre diferencias entre Escuela e institución ¿cómo
hacer con los efectos de la institución en la escuela? y si ¿es posible una
comunidad analítica?
Apollineare
nos traía los significantes “aventura” e “invención”, con Lacan podríamos decir
que se enlazan a “lo singular” en cuanto ambos implican un recorrido único para
cada quien en la aventura de un análisis y en los arreglos sintomáticos que
cada cual podrá inventar. Así llevado al problema entre Escuela e
Institución,lo singular responde al registro de lo no universalizable, hace
agujero en el para todos iguales, produciendo un no-todo institucional.
De
la misma manera a la pregunta por la comunidad analítica, es posible llevarlaa
su aspecto significante que resuena en su descomposición sonora en dos: como y unidad, aludiendo al aspecto de
semblante de toda comunión – de participar de lo común- y como cada uno, con otros, en su soledad
hace parte de lo común que sería la Escuela. Una Escuela que en su centro está
habitada por un agujero, soportado por la pregunta de ¿qué es un
psicoanalista?.
El
No-todo institución y el no-todo comunidad en la Escuela de Lacan no está
asegurado, sin embargo tal como nos enseña Joyce y Apollinaire, es una aventura
que es con otros y que no es sin la invención.
Lo
singular como efecto del análisis, es posible gracias al deseo del analista,
función cardinal en la producción del lazo analítico. Es a condición de
producir esta función, que se puede sostener el discurso analítico en el centro
de la Escuela, que al mismo tiempo determina la dirección de la cura en la orientación lacaniana. Es decir Deseo del analista, Escuela y lazo social
estarían estrechamente anudados de manera tal, que tiene efectos en cómo se
orienta cada cura.
El deseo del
analista posibilita en una cura un nuevo arreglo con el goce, de lo que se
desprende de ahí un nuevo lazo al Otro, cuyo lugar para alojar y testimoniar
esta producción inédita es la Escuela, lo que implica que los anudamiento que
de aquí surjan no son independientes de cómo se opera en la clínica.
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